sábado, 10 de marzo de 2012

Hipótesis de trabajo de la movilidad



1ªSESIÓN

  • Normas básicas en clase.

  • Presentarse a sí mismo.
  • Presentar a otra persona.
  • Preguntar algo a alguien en la calle.
  • Disponer de una cartera con los datos personales (DNI, dirección, teléfonos importantes) y dinero (con cambios: billete/moneda).


2ª SESIÓN

- Desplazamientos. 1.- Andando


  • Cruces (semáforos - paso de cebra para peatones). Comportamiento adecuado por la calle. Orientación espacial.

  • No ocupar toda la acera. Grupos de 2/3 personas.
  • No cruzar agarrado a otras personas.
  • Cruzar. Pasos de peatones (semáforo y cebra). Semáforo. Esperar a que se ponga verde. Cruzar. Pasos de cebra para peatones. Mirar a ambos lados. Comprobar que no vienen vehículos o están parados. Cruzar a paso ligero.
  • Con agente regulando el tráfico (posible simulación).
  • Observación de otras personas. Discriminar: Los que cruzan bien y los que lo hacen sin mirar o por lugares incorrectos.
  • Reconocer vehículos de urgencia - ambulancias, bomberos, policía, vehículos particulares: dejarles paso.


3ª SESIÓN


  • Pedir algo: una información, algo prestado, una colaboración. "Me ayudas, me acompañas...". Los demás, en ocasiones tienen algo que nosotros necesitamos.

  • Responder a peticiones. Rechazar peticiones poco razonables: compañía o dinero de un extraño, ayuda para actos inadecuados, no asistir a clase, etc.
  • Utilizar "por favor" y "gracias", aunque les nieguen lo pedido (existe esa posibilidad).


4ª SESIÓN

- Desplazamientos 2. Autobús (colectivos).
  • Parada - Localizarla. Buscar el autobús: número, destino.
  • Subida - Colocarse a la fila. Preparar el dinero/bonobús. Subir sin empujar y agarrándose a la barandilla. Pagar o introducir el bonobús. Caminar hacia la parte de atrás para no obstruir el paso.
  • Trayecto - Sentarse o agarrarse a la barra. Conservar el billete. No empujar ni molestar. No tirar desperdicios al suelo. Comportarse de forma adecuada.
  • Bajada - Solicitar parada en la anterior. Bajar cuando el autobús esté completamente parado. No cruzar la calle ni por delante ni por detrás del autobús (no hacerlo hasta que éste se ha ido).


5ª SESIÓN

  • Emitir felicitaciones, elogios, cumplidos. Sonreír. Recibirlos (agradecerlos).

  • Emitir críticas constructivas. Recibirlas.
  • Buscar sentido a la crítica : ¿para qué se hace?; ¿qué se pretende?. Argumentar la crítica.
  • Importancia de valorar los sentimientos de los demás.
  • Escuchar atentamente la queja o acusación. Reconocer que se ha cometido un error en su caso y pedir disculpas cuando haya que hacerlo.


6ª SESIÓN

  • Teléfono.

  • Llamar por teléfono. Presentarse. Saludar. Emitir el mensaje. Despedirse.
  • Recibir llamadas. Tomar y dar recados. Avisar.
  • Llamar desde una cabina telefónica. Descolgar. Introducir la moneda. Marcar. Hablar teniendo en cuenta el tiempo/dinero que se ha gastado.
  • Dejar un mensaje en un contestador automático.



7ª SESIÓN

  • Compartir y prestar sus objetos personales. Respetar la propiedad de los demás.

  • Prestar sus cosas a otras personas cuando se lo piden: bolígrafo, libros, paraguas, otros objetos de clase.
  • Compartir sus objetos personales con otras personas en las situaciones adecuadas: caramelos, pipas, golosinas, etc.
  • Dramatización: El que presta: sonríe (lo hace de buena gana), explica cómo se maneja el objeto, dice cuándo se lo ha de devolver ...
    El que pide algo prestado: lo pide por favor, cuida de no estropearlo/romperlo, lo devuelve a tiempo, da las gracias...



8ª SESIÓN

  •  Cafetería:

Entrar y sentarse correctamente. Hablar con naturalidad (sin gritar o llamar la atención).
Solicitar la presencia del camarero. Pedir "por favor" cada uno su consumición
Dar las gracias al ser servidos. Pagar cada uno lo suyo.
  • Representación de papeles: actuar en el doble papel de camarero y cliente.



9ª SESIÓN

  • Pedir a otras personas que cambien su conducta en un momento determinado, si esa conducta nos molesta.

  • Explicar a la otra persona lo que creemos que no debe hacer y el porqué. "Por favor".
  • Ejemplos : alguien que hace ruidos o grita en clase, alguien que interrumpe, alguien que nos toca, abraza o empuja, alguien que nos molesta en el autobús, que nos pisa, etc.
  • Conductas adecuadas ante personas que le insultan, ofenden o molestan: No contestar. Ignorar. Abandonar el lugar. Informar a un adulto. Pedir a la persona que cambie su actitud. Nunca: insultar, ni ofender como respuesta.


10ª SESIÓN

  • Compras:

Localizar distintos establecimientos, identificando lo que se vende en cada uno de ellos.
Preguntar por un comercio si no se conoce su localización exacta, estando en la calle.
Hacer la compra. Saludar. Esperar el turno. Pedir. Dar las gracias y pagar. Despedirse.
  • Representación de papeles: actuar en el doble papel de vendedor y cliente.



11ª SESIÓN


  • Clase resumen 1 (2 horas):
Dirigirse al centro de la ciudad en autobús. Pasear. Cruzar calles. Preguntar por un centro oficial o por un estanco, por ejemplo. Hacer alguna compra sencilla.



12ª SESIÓN


  • Clase resumen 2 (2 horas).
  • Asistir a algún acto público. Cine, teatro, concierto, acontecimiento deportivo...
  • Desplazarse en autobús. Recorrer a pie las calles. Cruzar. Comportarse adecuadamente en el cine/teatro/estadio. Silencio o charla en voz baja. Tomar algo en una cafetería. Regresar en autobús.


viernes, 9 de marzo de 2012

Pautas para introducir el manejo del dinero


El manejo del dinero por parte de las personas con discapacidad intelectual es un campo en el que suelen darse limitaciones importantes, por cuanto se relaciona con sus dificultades con el cálculo matemático.
El dinero es un instrumento fundamental en el desenvolvimiento social de cualquier ciudadano y por tanto, ha de ser trabajado para favorecer la adecuada normalización de las personas con DI.

·  El aprendizaje de los cálculos más elementales es costoso para ellas. Tienen dificultades con los ejercicios matemáticos, numéricos y con las operaciones.

 ·  Los niños con DI necesitan un trabajo sistemático y adaptado en matemáticas y que se les proporcionen 


estrategias para adquirir conceptos matemáticos básicos.

 ·  Habitualmente muestran poco interés por el dinero, probablemente porque no lo necesitan en su vida 


cotidiana.

 ·  En ocasiones muestran conductas con el dinero, de ahorro exagerado de todo lo que les dan, rozando en




 algún caso la “tacañería” o en el otro extremo, se muestran excesivamente “generosos” o despreocupados con sus gastos.




  Algunas medidas que pueden ir incorporando los padres a su vida cotidiana para ayudar a sus hijos con DI en el manejo del dinero pueden ser:

·  Hacerles responsables de una cierta cantidad de dinero desde que son pequeños, por ejemplo a través de una paga que ellos podrán utilizar y administrar de acuerdo con sus propios criterios.

·  Proporcionarles una cartera o monedero en la que llevarán su propio dinero.

 ·  Permitirles comprar y pagar cuando sea algo para ellos. Pedirles su colaboración en recados o compras sencillas, haciéndoles ver lo que cuestan las cosas y el dinero que precisan para pagarlas.

·  La calculadora puede ser un instrumento muy útil cuando se trate de manejar dinero en la vida cotidiana.

·  Trabajar en casa el reconocimiento y discriminación de las distintas monedas y billetes.

·  Relacionar cada uno de ellos con alguna compra cotidiana de su interés (Con un euro, ¿puedo comprar una coca-cola?; con 10 euros, ¿puedo comprar una entrada de cine, una película en DVD o un CD de música?).

·  El manejo de su propio dinero les permitirá participar en actividades en las que el dinero es protagonista.

·  Cuando se inician programas de autonomía con desplazamientos independientes por la ciudad, es útil contar con cierta cantidad de dinero disponible siempre, para poder responder a imprevistos (coger un autobús o un taxi, llamar por teléfono, tomar un refresco, etc.).

jueves, 8 de marzo de 2012

Programa de entrenamiento de las habilidades sociales


1.- INSTRUCCIÓN VERBAL Y DISCUSIÓN

1.1.- Información conceptual

- Delimitación y especificación de la habilidad.
- Importancia y relevancia de la habilidad.
- Aplicación de la habilidad.

1.2.- Instrucción directa
1.3.- Diálogo


2.- MODELADO

- El modelo hará exactamente la conducta que desea que aprendan.
- Realizarla despacio.
- Repetirla varias veces.
- Con diferentes modelos (padres, profesores, compañeros).


3.- PRÁCTICA

3.1.- Representación de papeles. (Role-playing).
3.2.- Práctica real (en diferentes lugares, y en el momento adecuado).


4.- RETROALIMENTACIÓN (FEED-BACK)

- Informar del desarrollo de la conducta.


5.- REFUERZO

- Reforzar lo positivo.
- Posteriormente, repasar lo mejorable.


6.- DIÁLOGO – DISCUSIÓN


7.- TAREAS PARA CASA

- Practicar en el entorno real ordinario la conducta entrenada.


Tras seleccionar la conducta concreta que se quiere practicar (saludar, despedirse, llamar por teléfono o comprar en una tienda, por ejemplo), se informa al grupo de alumnos con los que se está trabajando de las características de la habilidad, su importancia y su aplicación práctica en la vida real. Se explica en qué consiste y cómo se debe realizar, y se entabla un diálogo con ellos para aclarar su utilidad y presentar ejemplos concretos de situaciones en que se puede aplicar o circunstancias en que ellos la han utilizado ya.


Más tarde, se hace la conducta en su presencia, para que puedan observarla; la realizan primero los adultos solos o junto con algún alumno. Posteriormente, se lleva a cabo la práctica de la conducta de los alumnos, en forma de representación de papeles, simulando su realización (hacemos como que compramos) y en la realidad (realizando compras reales). Se informa del desarrollo de la conducta, reforzando lo que se ha hecho bien y corrigiendo y animando para mejorar lo que se ha hecho mal. Como al principio, se dedica un tiempo a dialogar y discutir sobre el desarrollo de la conducta con todo el grupo.


Es fundamental el último punto, de realización de tareas prácticas en casa, pues si la conducta no se aplica en las situaciones cotidianas, no tiene sentido que sea entrenada (¿para qué quieren saber comprar si en su día a día nunca realizan compras?). Además, el entrenamiento en habilidades sociales en el hogar tiene un efecto indirecto de concienciación de la familia y de aliento para que les dejen practicar en casa conductas que, en muchos casos, no se habían planteado que pudieran hacer.





miércoles, 7 de marzo de 2012

Programa de Habilidades Sociales (PHS)

El PHS (Programa de Habilidades Sociales) incluye seis áreas (objetivos generales) y agrupa una totalidad de 207 entrenamientos diferentes (objetivos operativos), presentando una detallada descripción del modo de entrenamiento en cada caso. Entrena conductas de adaptación e integración en la comunidad, con objetivos generales como:
  1. Desarrollo de las habilidades de interacción social para llegar a establecer y mantener relaciones interpersonales.
  2. Desarrollo de las habilidades de comunicación verbal para participar en conversaciones.
  3. Desarrollo de las habilidades sociales "instrumentales" que posibiliten en el alumno un funcionamiento lo más autónomo posible, dentro de la sociedad.
  4. Adquisición de repertorios de conducta adecuados para que el alumno asista, participe y se integre en actos sociales y recreativos.
  5. Adquisición y desarrollo de las conductas necesarias apra que el alumno conozca y utilice los servicios de la comunidad.
  6. Desarrollo progresivo del sentido cívico y la conciencia ciudadana de modo que se facilite el bienestar social del alumno y su convivencia con el entorno social y natural.

 En cuanto a los objetivos específicos y operativos, éstos son:

1.1. 
1.2.
1.3.
1.4.
2.1.
2.2.
3.1.
3.2.
3.3.
4.1.
4.2.
5.1.
5.2.
5.3.
6.1.
6.2.
6.3.
 


martes, 6 de marzo de 2012

Programa de Habilidades de la Vida Diaria (PVD)

El PVD (Programa de Habilidades de la Vida Diaria) tiene como meta global la consecución del máximo nivel de autonomía e independecia personal en los hábitos cotidianos y en el hogar. Se prepara a los alumnos para vivir lo más autosufientemente posible en todos los ámbitos.


Los hábitos coditianos de aparencia externa y cuidado personal, así como las conductas de independecia personal son valorados al máximo nivel por los demás. La aceptación social y la pertenencia comunitaria de las personas con discapacidades que dependen en gran manera de los aprendizajes en este terreno. Las habilidades entrenadas se agrupan en cuatro conjuntos de objetivos distintos:   

  • El alumno desarrolla las conductas o hábitos rutinarios para lavarse, arreglarse y presentar una apariencia externa aceptable.
  • El alumno adquiere independencia en conductas de vestirse, desnudarse (ponerse y quitarse distintos tipos de ropa, hacer lazos y nudos, abrochar y desabrochar, etc.); y, por otro lado, entrena conductas para cuidar la ropa. 
  • El alumno desarrolla las conductas necesarias para beber y comer correctamente (uso de los cubiertos y vajillas, comer de una manera socialmente aceptable, etc.), así como independencia para planear, comprar, conservar y preparar alimentos.  
  • El alumno adquiere independencia en conductas de ordenar y limpiar (hacer la cama, guardar los juguetes en su sitio, etc.).  

Hemos de tener en cuenta que los objetivos deben ser sencillos, claros, bien estructurados e ir procesándolos progresivamente de forma que hasta que uno no esté asimilado no pasemos al siguiente.  
Por ejemplo, podemos crear una ficha en la cual trabajar dicho objetivo con el sujeto:

EJEMPLO DE FICHA DE TRABAJO:
Objetivo operativo
El alumno se lava las manos y la cara.
Criterios de evaluación
1.      Abre el grifo.
2.      Se moja las manos.
3.      Se enjabona.
4.      Se frota la manos.
5.      Se aclara.
6.      Se lava las mejillas, la barbilla, la boca, la nariz, los ojos y la frente.
7.      Cierra el grifo.
Materiales
Lavabo, jabón, espejo y agua.
Descripción y metodología
El profesor: 
1.      Realiza el entrenamiento frente al lavabo y espejo, teniendo al alcance los materiales necesarios y facilitando la observación del alumno. 
2.      Comenta las ocasiones habituales en que es preciso lavarse manos y caras: al levantarse de la cama, antes y después de comer, al acostarse, después de jugar o hacer deporte, etc. 
3.      Modela como lavarse las manos y la cara, (comentado verbalmente cada paso) según se ha explicado en el criterio de evaluación.

El alumno:
Imita las conductas modeladas por el profesor para realizar la acción, diferenciando los distintos pasos descritos en el criterio de evaluación.
Observaciones:
La integración de esta habilidad en los hábitos de conducta cotidianos exige practicarla diariamente (antes de comer, después de cenar, después de la escuela…)
Los padres deben colaborar en la generalización de estas conductas a la vida cotidiana.


lunes, 5 de marzo de 2012

Orientaciones en el ámbito escolar


Siempre que sea posible, los niños con discapacidad intelectual estarán integrados en el aula ordinaria junto con los demás compañeros/as. Para ello, tenemos que tener en cuenta una serie de aspectos y actitudes que ayudarán a que el niño deficiente sea tratado como un igual y viva en un clima de convivencia pacífica y agradable para él y los de su alrededor. No obstante, ello no implica ignorar las dificultades reales y objetivas que un niño con discapacidad intelectual presenta en el aula.


En primer lugar, cabe decir que el profesor es un modelo a imitar en el aula. Su actitud y forma de relacionarse con los alumnos con discapacidad será una pauta a imitar por el resto de los alumnos. Lo más importante es que el profesor mantenga interacciones individualizadas con todos los alumnos, evitando que las diferencias interfieran en el aula. Algunas de las pautas que debemos tener en cuenta y que creemos convenientes son:


  • Que al empezar la Educación Primaria los profesores expliquen al resto de compañeros lo qué le ocurre al compañero con discapacidad intelectual y sus características: una forma de hacerlo podría ser explicarles que al igual que hay compañeros que tienen dificultades para leer o leen más despacio, otros las tienen para sumar, etc. En este caso se les explica las dificultades que tiene para hacer amigos, interpretar las bromas, etc. (dependiendo de cuál sea la causa de su retraso mental).


  • Mantener viva su atención en clase: para que mantenga la atención en clase conviene sentar al niño en la primera fila y, con cierta frecuencia, hacerle preguntas sobre lo que se está explicando. Estos niños necesitan clases muy estructuradas con programas académicos muy individualizados y, sobre todo, van a necesitar un ambiente en el que se sientan competentes.





  • Tener especial cuidado en las clases de educación física. Los profesores deben explicar las normas y razonarlas, explicarle al alumno lo que se espera de él y lo que hay que hacer. Además Conviene utilizar frases cortas, concretas y, siempre que sea posible pedir a un compañero que haga una demostración, ya que la visualización de lo que se debe hacer les ayuda a entenderlo todo mejor.




  • Reforzarle las habilidades académicas en las que destacan y hacer que las pongan en práctica a través de actividades de grupo. Con esto se consigue que sus compañeros se den cuenta de que el niño destaca en muchas de las habilidades que para ellos son valiosas. De esta manera, se fomenta la aceptación y el reconocimiento por parte de los compañeros.

  • Facilitarle apoyo para relacionarse con otros niños. Es aconsejable que en los recreos se beneficien de cierto apoyo para favorecer la interacción con otros niños. Este apoyo puede ser un niño de su clase al que se le explica lo que puede hacer para ayudarle.


  • Una ubicación más próxima al profesor o a la fuente de información (vídeo, proyector, etc.) le ayudará a estar centrado en la dinámica de la clase, podrá ser partícipe de la misma y evitará que desarrolle conductas inapropiadas ante los primeros síntomas de aburrimiento.

  • La modalidad de la tarea en el aula. Las actividades que impliquen un trabajo cooperativo favorecerán relaciones interpersonales más positivas que aquellas que busquen un trabajo competitivo e individualista. En estas últimas, el niño con mayores dificultades siempre llevará las de perder. Sin embargo, en las tareas de grupo, puede responsabilizarse de aquellas funciones para las que esté más capacitado, posibilitando así las relaciones de colaboración entre iguales.



domingo, 4 de marzo de 2012

Orientaciones en el ámbito familiar

Después de que la familia es informada de que su hijo sufre una discapacidad intelectual, empiezan a surgir todo tipo de dudas y preguntas, sobre todo acerca de las consecuencias de este trastorno y de las estrategias y pautas de actuación más eficaces.

Las personas con discapacidad intelectual son conscientes de la dificultad social que les caracteriza ya que, aunque están muy interesados en relacionarse con los demás y desean tener amigos, no saben cómo hacerlo.



Orientaciones a los padres
La labor de los padres es crucial para ayudar a su hijo a entender lo que le ocurre y al mundo en el que vive:
  • Explicar al hijo el problema. Cuando el niño alcanza cierta edad, antes de llegar a la adolescencia, es conveniente que se le explique lo que le está ocurriendo, cuáles son sus mayores dificultades y hacerle ver que también tiene grandes cualidades y aptitudes.
  • Explicarles bien las cosas. Es conveniente utilizar instrucciones simples a la hora de explicarles algo para que sea más entendible para ellos. Es muy útil subdividir las tareas en otras más simples y utilizar los dibujos en las explicaciones.
  • Explicarles y enseñarles a modular el tono de voz, a mirar a la cara cuando hablen con alguien y alabarles por ello.
  • Enseñarles a  "esperar su turno" y ponerles ejemplos de situaciones en las hay que hacerlo: juegos, colas de las tiendas, en casa, etc. También deben aprender las diferencias entre los lugares públicos y privados, que hay cosas que sólo se hacen en privado y que en público hay que guardar las formas.
  • Advertirles con tiempo de los cambios de planes. Cuando haya cambios de planes, hay que prepararlos y advertirlos con anticipación. Hay que ayudarles a entender que las cosas pueden cambiar y no siempre se les va a poder avisar. No obstante, siempre que sea posible se le deben evitar estos cambios y sorpresas e intentar mantener sus rutinas y proporcionarles un ambiente predecible y seguro.
  • Enseñarles a ser autosuficientes. Se debe trabajar con ellos todo aquello que en el futuro les facilite llevar una vida independiente y enseñarles habilidades de autosuficiencia: que aprendan a comprar solos, a manejar el dinero, ir al supermercado, manejar el teléfono, etc.
  • En la medida de lo posible hay que ayudarles a superar el miedo a lo desconocido (cuando vayan por primera vez al colegio, cuando se enfrenten a profesores y amigos nuevos, cuando vayan de campamento, etc). Los padres deben prepararlos y si es posible exponerlos previamente a esas situaciones nuevas para mejorar su integración.

Los padres deben saber que sus hijos van a necesitar mucha ayuda y paciencia y sobre todo los niños deben saber que sus padres los quieren y los quieren como son. Es conveniente reforzarles, alabarles y explicarles las cosas de las que se sienten orgullosos.



Tanto las primeras relaciones de apego como el posterior estilo educativo de los padres son elementos que modulan el desarrollo efectivo y social del niño. Factores como el grado de madurez exigido, la consistencia en la comunicación, la manifestaciones de afecto, etc., influyen directamente en este desarrollo. 
Un estilo democrático por parte de los padres parece favorecer el desarrollo de competencias sociales en los hijos, les ayudan a ser más responsables e independientes y a tener un mayor nivel de autoestima. Asimismo, poseen más estrategias de resolución de problemas interpersonales.



En otro orden de cosas, es importante tener en cuenta el grado en qué los padres aceptan las limitaciones de su hijo. Este aspecto sumamente complejo y dinámico, puede condicionar sutilmente las formas de relación con el hijo/a , provocando actitudes que oscilen desde un claro rechazo hasta otras de sobreprotección compensadora.
Esta actitud sobreprotectora puede limitar las experiencias sociales del niño o niña por miedo a posibles peligros, a que no sea capaz de arreglárselas por sí mismo/a, etc.



Recordemos que la principal vía de aprendizaje y la más significativa es la propia experimentación. El niño y el adolescente necesita vivir las aventuras propias de su etapa vital, poner en práctica habilidades cada vez más complejas y, por supuesto, aprender de sus propios errores.
La no aceptación de las limitaciones del hijo con retraso mental, pueden llevar a los padres a crear expectativas desmedidas ante las cuales el niño se encuentre desbordado y aparezca un sentimiento de infravaloración.
Por tanto, si importantes son las expectativas que el propio niño o adolescente tiene sobre sí mismo, no menos importantes son las que sus padres, como figuras significativas, depositan en él. Si los padres se fijan únicamente en las dificultades e interpretan su discapacidad intelectual como una condición limitante a todos los niveles y dimensiones, el niño acabará plegándose a esta percepción. En esta situación, el niño puede desarrollar sentimientos negativos y hostiles hacia sí mismo y también hacia sus propios progenitores.



Por último, debemos mencionar la importancia de que los padres manejen adecuadamente los premios y castigos para regular la conducta social de sus hijos. En ocasiones, una mala administración de los refuerzos puede provocar precisamente el efecto contrario, esto es, que aumente la frecuencia de la conducta no deseada.
Ejemplos de estas situaciones forman parte de las rutinas diarias: niños que no saben esperar su turno, interrumpen conversaciones de los demás, mantienen conductas para llamar la atención o no respetan las normas de cortesía más básicas y elementales. A veces, algunos padres pueden llegar a disculpar estas conductas atribuyéndolas a la discapacidad. Sin embargo, con cierta frecuencia estas conductas se deben más al entorno a que su discapacidad.
De todo lo dicho se deduce la importancia de mantener unas normas claras y precisas que le ayuden al niño a regular su conducta social, a asimilar lo que es adecuado en cada situación y a saber que de su propia conducta se derivan una serie de consecuencias positivas y negativas.